1. Inicio
  2. Blog
  3. Entrevista de trabajo
  4. Debilidades en una entrevista
Escrito por Nathalia Parra GarzaNathalia Parra Garza

Debilidades en una entrevista

Crea un CV perfecto para entrevistas
30 minuto(s) de lectura
Debilidades en una entrevista
Que las preguntas sobre tus debilidades profesionales no te saquen de onda. Es muy común recibir este tipo de preguntas aparentemente difíciles en una entrevista. Pero, ¡puedes usarlas a tu favor! Aprovecha la oportunidad de preparar una respuesta digna de atención.

¿Qué responderías si te preguntaran por tus debilidades en una entrevista de trabajo? Esta temida pregunta puede parecer una trampa. En realidad, es una oportunidad inesperada para destacar. Lejos de ser un obstáculo, una respuesta bien pensada puede convertirse en tu mejor aliada, siempre y cuando estés preparado para enfrentarla. En este artículo exploraremos por qué los reclutadores hacen esta pregunta, cómo puedes abordarla desde una perspectiva positiva, qué debilidades es mejor mencionar (y cuáles evitar), y cómo enmarcarlas de forma estratégica con ejemplos claros y efectivos. ¡Sigue leyendo!

Por qué preguntan sobre las debilidades en una entrevista 

En una entrevista de trabajo, es posible que te pregunten por tu mayor debilidad (o incluso por varias). Aunque parezca una pregunta incómoda, y, la verdad, sí lo es, tiene un propósito muy específico: mostrar a los reclutadores una parte de ti que aún no ha salido a la luz. Hasta ahora,  tus habilidadeslogros y fortalezas han sido el foco principal, y gracias a ello probablemente obtuviste la oportunidad de entrevistarte. Durante la conversación, es natural que la mayor parte del tiempo se centre en lo que te convierte en un buen candidato. Y claro, tanto tú como la empresa quieren destacar tus puntos fuertes.

Pero seamos honestos: nadie es perfecto. Fingir que no tienes debilidades no solo es poco realista, también puede resultar contraproducente. Los reclutadores no esperan que seas infalible, pero sí valoran la sinceridad, la autocrítica y, sobre todo, las ganas de mejorar.

También es cierto que esta pregunta tiene sus limitaciones. No es fácil hablar de nuestras debilidades, especialmente en un contexto tan formal y bajo presión. Estás frente a personas que no conoces, pero cuya opinión será clave en tu futuro profesional. Por eso, una respuesta poco pensada puede dejar una mala impresión. En cambio, una respuesta bien construida puede darte una ventaja inesperada.

Más allá de identificar áreas de mejora, los entrevistadores quieren saber si eres consciente de tus retos, si tienes la madurez de reconocerlos y si estás haciendo algo al respecto. También están evaluando tu capacidad para reflexionar, analizar y resolver problemas. En otras palabras, lo que digas sobre tus debilidades puede decir mucho sobre tu carácter, tu ética profesional y tu potencial a largo plazo.

Consejo de experto

¿A poco no tienes debilidades?

Cuando te hagan la pregunta del terror “¿cuáles son tus debilidades?”, no vayas a responder “no tengo”. Ya sea que de verdad consideres que no tienes debilidades, o si solo estás bromeando, esa respuesta te va a dejar mal parado.

Puede hacerte parecer arrogante o poco realista. Lo mismo ocurre con respuestas en tono de broma, evasivas como “prefiero no decirlo” o poco reflexivas del tipo “tendría que pensarlo más.” Todas ellas generan desconfianza y podrían perjudicarte.

Por qué sí es buena idea hablar sobre tus debilidades en una entrevista

Aceptar con naturalidad las preguntas en una entrevista de trabajo, incluyendo tus debilidades, va de la mano con anticiparlas y estar bien preparado. Saber cómo hablar de tus áreas de mejora es, en sí misma, una habilidad valiosa. Tan solo esto puede jugar a tu favor, especialmente si otros candidatos se ven sorprendidos o titubean al responder esta pregunta.

Lo más probable es que compartas  muchas fortalezas con los demás postulantes, sobre todo aquellas habilidades básicas que exige el puesto. Si has sido preseleccionado, es porque ya cumples con ciertos requisitos esenciales. Y aunque es normal que esas fortalezas se mencionen repetidamente durante el proceso de entrevista, también puede suceder que empiecen a sonar genéricas para el reclutador. Con tantas respuestas similares, es fácil que algunas candidaturas se vuelvan poco memorables.

Ahí es donde la pregunta sobre tus debilidades se convierte en una oportunidad de oro para diferenciarte. En lugar de verla como una trampa diseñada para hacerte tropezar, puedes aprovecharla estratégicamente para destacar. El secreto está en cómo enmarcas la respuesta: más que en el defecto en sí, el foco debe estar en la forma en la que lo abordas y en lo que dice de ti como profesional.

Al responder con autenticidad y confianza, puedes mostrar una versión más completa (y más humana) de ti mismo. No se trata de restar importancia a la entrevista ni de adoptar un tono cómico, sino de permitirte un respiro en medio del esfuerzo por parecer el candidato perfecto. Al reconocer tus imperfecciones y mostrar cómo las gestionas, no debilitas tu candidatura; por el contrario, puedes fortalecerla de manera significativa.

Cómo identificar tus debilidades con objetividad

Uno de los errores más comunes al preparar  respuestas para entrevistas es enfocarse únicamente en nuestras fortalezas y  aptitudes. Sin embargo, saber reconocer nuestras debilidades, y hacerlo con inteligencia emocional, no solo denota madurez, sino que demuestra una disposición real al crecimiento profesional. La autoconciencia es una habilidad altamente valorada en el entorno laboral actual.

Haz una autoevaluación estructurada y honesta

La introspección es el primer paso. Más allá de reflexionar superficialmente, es útil tomarte el tiempo de hacer una revisión detallada de tu desempeño profesional en diferentes áreas: comunicación, liderazgo, trabajo bajo presión, gestión del tiempo, trabajo en equipo, entre otras. Pregúntate:

  • ¿En qué tipo de tareas suelo necesitar más tiempo del planeado?
  • ¿Qué aspectos tiendo a evitar o posponer?
  • ¿Qué parte del proceso de trabajo me causa más frustración o bloqueo?

También puedes dividir tu  experiencia profesional en etapas: prácticas, primeros empleos, situaciones de crisis, proyectos importantes. Evalúa cómo reaccionaste, qué lograste, qué podrías haber hecho distinto y qué aprendiste de cada experiencia. Esta reflexión profunda te permitirá distinguir entre una debilidad circunstancial y una recurrente.

Busca retroalimentación constructiva de personas clave

Muchas veces, no somos completamente conscientes de nuestras áreas de mejora porque estamos demasiado inmersos en nuestras rutinas. Por eso, buscar retroalimentación de personas con las que trabajas, como superiores, colegas o incluso clientes, puede ser revelador.

Cuando pidas retroalimentación, hazlo desde un lugar abierto y receptivo. Agradece los comentarios que recibas, incluso si te resultan incómodos al principio. Asegúrate de formular preguntas específicas para obtener respuestas útiles, como:

  • ¿Hay alguna habilidad o actitud que crees que debería fortalecer?
  • ¿Cómo percibes mi forma de comunicarme con el equipo?
  • ¿Crees que gestiono bien mi tiempo y mis prioridades?

La clave es no tomar nada como un ataque, sino como una oportunidad para identificar patrones y trabajar sobre ellos de forma estratégica.

Apóyate en evaluaciones previas y experiencias concretas

Las evaluaciones de desempeño pasadas, las revisiones de jefes anteriores, e incluso tus propios apuntes o reportes de proyectos son fuentes valiosas de información. Busca momentos en los que hayas cometido errores, recibido observaciones, o sentido que tu rendimiento no fue el mejor.

También puedes analizar los momentos en los que sentiste inseguridad, presión excesiva, bloqueo creativo o dificultad para colaborar. Muchas debilidades no son evidentes hasta que las situaciones las exponen.

Una forma efectiva de identificar patrones es hacer una tabla con tres columnas:

  1. Situación
  2. Desafío o dificultad experimentada
  3. Lecciones aprendidas y cambios implementados
Situación Desafío o dificultad Aprendizaje y cambios
Presentación en inglés frente a un cliente Problemas para hablar en público, especialmente si no es en español Reforzar vocabulario y seguridad al hablar en inglés en un club de comunicación; clases de oratoria para combatir el pánico escénico

Este ejercicio te permite convertir tus debilidades en ejemplos prácticos de mejora continua, algo que resulta muy útil en una entrevista.

Consejo de experto

Arma una lista de debilidades

Tener una “lista maestra” de debilidades, al igual que una de fortalezas, es una herramienta valiosa para personalizar tus respuestas según el cargo y la empresa. Te sugerimos preparar al menos 3 debilidades antes de cada entrevista, ya que ese suele ser un número común que los reclutadores solicitan.

El primer paso es hacer una autoevaluación sincera de tus áreas de mejora: habilidades que aún estás perfeccionando o comportamientos que a veces te juegan en contra. Si te cuesta identificar tus puntos débiles, puedes pedir la opinión de alguien de confianza, como un colega o un amigo.

Cómo hablar sobre tus debilidades en una entrevista 

Antes de hablar sobre cuáles son buenas debilidades para mencionar en una entrevista de trabajo, vale la pena repasar algunas recomendaciones generales sobre cómo abordar esta pregunta de forma estratégica.

Primero, hay que tener clara la diferencia entre ser “honestamente perfecto” y “perfectamente honesto.” Mientras lo primero suena falso e inalcanzable, lo segundo es justo lo que buscan los reclutadores: autenticidad con inteligencia emocional. Nadie espera que seas infalible, pero sí quieren saber qué tan bien te conoces y cómo manejas tus propias áreas de mejora.

También es importante evitar caer en el error de mencionar una debilidad que sea clave para el puesto. Por ejemplo, si el trabajo exige mucha atención al detalle, no querrás decir que te cuesta mantener el enfoque. Escoge tus ejemplos con cuidado, asegurándote de que no comprometan tu capacidad para desempeñar el rol con éxito.

Por eso, te recomendamos preparar con antelación una lista de debilidades específicas, bien pensadas. Este no es el momento para improvisar. Incluso si al final no te hacen esta pregunta durante la entrevista, lo cual puede pasar, no te arrepentirás de estar preparado. La preparación demuestra profesionalismo y puede ayudarte a responder con claridad y seguridad si surge el tema.

Ten en cuenta que es totalmente posible ser honesto y positivo al mismo tiempo. Todo depende de cómo encuadres tu respuesta. Evita expresiones negativas como “soy malo en…”, “fracasé en…”, “tengo problemas con…”. En cambio, opta por hablar de “áreas en las que sigo creciendo” o “habilidades que estoy perfeccionando.” Además, recuerda que una debilidad en cierto contexto puede verse como una fortaleza en otro.

Hablar de una debilidad acompañada de un plan de mejora, ya sea algo que estés trabajando actualmente o que hayas superado en el pasado, proyecta madurez y compromiso con tu desarrollo profesional. Saber identificar oportunidades de mejora y actuar sobre ellas es, en sí mismo, una fortaleza.

Consejo de experto

El orden de los factores… ¿afecta el producto?

Algunos reclutadores dividen la pregunta y te piden que hables primero de tus fortalezas y luego de tus debilidades (o al revés). Otros optan por una versión combinada: “Háblame de tus fortalezas y debilidades.”

En este último caso, empezar por tus debilidades puede jugar a tu favor. Así tienes el control de la narrativa y puedes cerrar tu respuesta con un punto fuerte, dejando una impresión positiva y balanceada.

Qué evitar al hablar sobre tus debilidades en una entrevista

Hablar de debilidades en una entrevista no es solo una cuestión de honestidad: también es una muestra de inteligencia emocional, autogestión y capacidad para mejorar. Sin embargo, hay ciertos errores comunes que pueden perjudicar la impresión que das, aunque tus intenciones sean buenas. Aquí te explicamos qué evitar y cómo manejarlo mejor:

Evitar clichés sin fondo ni contexto

Frases como “mi debilidad es ser perfeccionista” o “trabajo demasiado” están tan gastadas que pierden valor si no se desarrollan con un contexto real y una solución implementada. Usarlas sin una historia concreta puede dar la impresión de que estás tratando de evadir la pregunta o de “disfrazar” una virtud como defecto.

Si decides usar uno de estos ejemplos comunes, dale profundidad. Describe cómo el perfeccionismo te ha afectado en la práctica, qué consecuencia tuvo (por ejemplo: te causó retrasos, agotamiento o dependencia al control), y qué herramientas estás usando para gestionarlo mejor.

Ejemplo de una debilidad: Perfeccionismo

Solía dedicar demasiado tiempo a revisar cada detalle de mis entregas, incluso cuando ya estaban listas. Eso me generaba estrés y afectaba mi eficiencia. Para solucionarlo, empecé a trabajar con listas de verificación, fijando límites claros de revisión. Esto me ayudó a entregar con más confianza y dentro del plazo.

¡Copiado!

Evitar respuestas que suenan ensayadas o inauténticas

Los reclutadores saben identificar respuestas que vienen de una plantilla o tutorial. Si usas una respuesta que no tiene relación con tu historial profesional, tu personalidad o el puesto al que postulas, parecerás poco genuino. Evita sonar como si intentaras quedar bien a toda costa. Mejor, elige una debilidad real, que puedas respaldar con ejemplos concretos, y que no interfiera directamente con una competencia esencial del puesto.

Evitar mencionar debilidades incompatibles con el rol

Debes evitar mencionar debilidades que estén directamente relacionadas con tareas críticas del puesto. Por ejemplo, si aplicas a un  empleo de atención al cliente, no digas que se te dificulta comunicarte con personas desconocidas. Si el trabajo implica gestión de proyectos, no digas que te cuesta organizarte.

Elige una debilidad “colateral” que no impacte las funciones clave del puesto o una habilidad que ya estés desarrollando activamente. El enfoque debe ser cómo estás trabajando para mejorar.

Ejemplo de una debilidad: Miedo a hablar en público

Antes solía evitar hablar en público porque me ponía muy nervioso. Pero hace un año me propuse vencer ese miedo y comencé a tomar talleres de improvisación. Hoy me siento más cómodo hablando frente a equipos pequeños y me gustaría seguir practicando para mejorar aún más.

¡Copiado!

Las debilidades correctas en el momento preciso

Entonces, ¿cuáles son las “mejores” debilidades para mencionar en una entrevista de trabajo? Como ocurre con cualquier estrategia de postulación, la respuesta depende del puesto al que aspiras y del contexto de contratación. Así como seleccionas cuidadosamente las fortalezas que son más relevantes para cada vacante, también deberías adaptar las debilidades que decides compartir (o no) según cada entrevista.

Tal como vimos antes, es fundamental que las debilidades que menciones:

  • No estén relacionadas con habilidades esenciales para el puesto en cuestión.
  • Reflejen una actitud proactiva, mostrando que ya estás trabajando para mejorar o reducir su impacto.

Al igual que tus fortalezas, tus debilidades pueden clasificarse en dos grandes grupos: habilidades duras y habilidades blandas.

Habilidades duras Habilidades blandas
Específicas del puesto Menos específicas, pero importantes en casi cualquier trabajo
Suelen medirse con mayor precisión No siempre son cuantificables
Se aprenden en la escuela o en el trabajo Se desarrollan en la interacción social, reflejan tu personalidad

Debilidades apropiadas para una entrevista

Aquí tienes ejemplos de habilidades que no suelen ser determinantes para todos los puestos. Por lo tanto, podrías mencionarlas sin que afecten negativamente tu proceso.

Habilidades duras Habilidades blandas
Conocimientos técnicos avanzados Dificultad para delegar, pedir ayuda o decir que no
Matemáticas Organización al fijar metas o equilibrar prioridades
Finanzas y contabilidad Espontaneidad, flexibilidad o disposición a asumir riesgos
Disciplinas científicas específicas Seguridad para expresarte con claridad o con firmeza
Investigación y análisis Hablar en público o presentar frente a grupos
Redacción Pedir u ofrecer retroalimentación o apoyo de forma constructiva
Idiomas extranjeros Preferencia por trabajar solo o con otros, según el contexto
Condición física o coordinación motriz Velocidad, fuerza o habilidades motoras específicas para ciertas tareas
Manejo de equipos o herramientas complejas  
Consejo de experto

Debilidades para un  estudiante universitario recién egresado

Si aún estás en la universidad o terminaste hace poco, puedes hablar de una debilidad académica. Claro, siempre que no esté relacionada con los requisitos clave del puesto. Por ejemplo, podrías mencionar que escribir ensayos extensos no era tu punto fuerte, o que los exámenes te resultaban difíciles. 

Lo importante es aclarar que estas áreas no interfieren con tu desempeño laboral, y reforzar la respuesta con habilidades relevantes para el puesto, como la capacidad de redactar informes claros o seguir instrucciones detalladamente.

Lista de debilidades en una entrevista (con ejemplos)

A los reclutadores suele impresionarles cuando una persona demuestra apertura para reconocer sus áreas de mejora y está comprometida con aprender, crecer y superarse. Siempre que evites mencionar aspectos que te descalifiquen para el puesto, no es tan difícil presentar tus debilidades dentro de ese marco de mejora continua. A continuación, te mostramos dos enfoques posibles, con ejemplos incluidos.

Necesitar más práctica o conocimiento

La mayoría de los candidatos pueden identificar alguna habilidad, aptitud o hábito que podrían desarrollar ahora o en el futuro. Incluso puedes hablar de un objetivo que ya estás trabajando, pero que aún tiene margen de mejora.

Este enfoque se adapta fácilmente tanto a habilidades duras como blandas. Y, cuanto más específico seas, mejor. Estas son algunas ideas de debilidades que podrías mencionar en una entrevista:

  • Interpretación de datos analíticos
  • Redacción de contenido
  • Formación y liderazgo de equipos
  • Técnicas de prospección y cierre de ventas
  • Gestión de prioridades
  • Creación de gráficos atractivos para presentaciones e informes
  • Manejo de software para programación de citas médicas
  • Actualización legal y regulatoria en una industria específica
  • Estilos de comunicación
  • Tipos de personalidad en el entorno laboral

Aquí tienes algunos ejemplos que podrías adaptar según tu situación:

Ejemplo de una debilidad: Software

Durante mucho tiempo utilicé Excel solo para tareas básicas como listas, tablas simples o cálculos rápidos. Pero con el tiempo me di cuenta de que estaba desaprovechando una herramienta muy poderosa que podría facilitarme el trabajo y mejorar la presentación de mis resultados. Por eso, hace algunos meses decidí tomar cartas en el asunto. Empecé a capacitarme por mi cuenta con cursos en línea y tutoriales, enfocándome en fórmulas avanzadas, tablas dinámicas y funciones como VLOOKUP y SUMIFS. 

Aunque ya noto una gran mejora en mi eficiencia, especialmente al analizar y organizar grandes volúmenes de datos, soy consciente de que aún me falta práctica en automatización con macros y algunas funciones de análisis más complejas. Lo bueno es que estoy disfrutando mucho el proceso y ya aplico lo aprendido en mis tareas diarias.

¡Copiado!
Ejemplo de una debilidad: Habilidad blanda o dura específica

Una de las áreas donde sé que puedo seguir creciendo es en la negociación, especialmente en contextos cara a cara. A pesar de que en la universidad tomé cursos sobre el tema, no siempre he tenido muchas oportunidades para practicar en situaciones reales de negociación directa.

Recientemente, decidí reforzar esa habilidad participando en un ciclo de talleres organizados por el centro sindical de mi comunidad. Ha sido muy útil, ya que trabajamos con simulaciones y casos prácticos que me han permitido poner en marcha estrategias como la escucha activa, el manejo de objeciones y la construcción de acuerdos ganar-ganar. A medida que aplico lo aprendido, me siento cada vez más seguro y preparado para negociar con claridad y confianza.

¡Copiado!
Ejemplo de una debilidad: Comunicación

Durante mucho tiempo lidié con la timidez, el miedo a hablar en público y la dificultad para expresarme con soltura frente a compañeros o supervisores. Era frustrante sentir que tenía ideas valiosas, pero que me costaba articularlas en momentos clave.

Con el tiempo, y gracias a la práctica y al apoyo de colegas, fui ganando confianza. Pero sin duda, el cambio más grande ocurrió hace dos años, cuando me inscribí a clases de improvisación teatral en el programa de artes escénicas de la universidad. Esa experiencia me ayudó muchísimo a soltarme, perder el miedo al error y comunicarme con mayor naturalidad y presencia, incluso en entornos laborales. Aún me sigo entrenando, pero ahora puedo participar activamente en reuniones, presentar ideas y dar retroalimentación sin quedarme paralizada por los nervios.

¡Copiado!

Demasiado de algo bueno

En algunos casos, una fortaleza puede convertirse en debilidad si se lleva al extremo, y viceversa. Esto suele verse con valores laborales que, en exceso, pueden jugar en tu contra.

Un ejemplo clásico es el perfeccionismo: aunque evita errores y mejora la calidad, también puede generar retrasos o dificultar la finalización de tareas si la búsqueda de lo perfecto se vuelve excesiva.

Otro caso frecuente es ser demasiado detallista, lo que puede llevarte a pensar y repensar una tarea hasta el punto de hacerla inmanejable. O la procrastinación, que a veces no surge por falta de motivación al empezar, sino por no saber cuándo parar.

Otras debilidades comunes que se disfrazan de ética laboral son:

  • Trabajar demasiadas horas o tener dificultades para equilibrar la vida personal y profesional
  • Problemas para concentrarse en una sola tarea o para cambiar de enfoque cuando es necesario
  • Asumir demasiadas responsabilidades por no establecer límites claros (especialmente por complacer a otros)
  • Impaciencia cuando las cosas no avanzan con fluidez o según lo previsto
  • Frustración ante los errores
  • Competitividad que puede opacar el trabajo del equipo

Aquí tienes algunos ejemplos sobre cómo hablar de estas debilidades sin comprometer tu candidatura:

Ejemplo de una debilidad: Perfeccionismo, sobre pensar, excesivamente detallista

Antes me entusiasmaba demasiado con ciertos proyectos de redacción y, aunque empezaba con una buena planificación, solía desviarme del enfoque original. Al investigar, me topaba con datos interesantes que abrían nuevas posibilidades para enriquecer el contenido… pero al mismo tiempo, me abrumaban. Terminaba acumulando información no prevista y luego el proceso de edición se volvía una pesadilla.

Lo que me ha ayudado muchísimo es establecer fechas límite internas desde el inicio, especialmente en proyectos que requieren mucha investigación. Ahora elaboro esquemas basados solo en el material recopilado antes de una fecha de corte específica. Esto implica comenzar con más antelación, pero evita los cuellos de botella que antes se daban al final. He notado una gran mejora: menos estrés, mejor enfoque y entregas más consistentes.

¡Copiado!
Ejemplo de una debilidad: Pedir ayuda

Al principio, me costaba pedir ayuda o aclarar dudas en mi trabajo actual, incluso cuando sabía que podía ser útil o necesario. En mi empleo anterior trabajaba de forma muy independiente, en una oficina pequeña, sin mucha supervisión. Las tareas eran claras y manejables, así que rara vez necesitaba apoyo.

Con el tiempo, me he sentido mucho más cómodo acercándome a colegas o supervisores cuando algo no está claro o cuando necesito apoyo. Siempre he recibido respuestas positivas, y ese ambiente colaborativo ha sido excelente para la motivación del equipo. Además, ha mejorado la calidad y la eficiencia de mi trabajo.

¡Copiado!
Ejemplo de una debilidad: Dificultad para decir “no”

Me gusta sentir que mis aportes son valorados, tanto por mis jefes como por mis compañeros. Pero reconozco que una de mis debilidades es tener dificultad para decir “no” cuando me piden ayuda. Ya sea un favor puntual o un nuevo encargo, mi deseo de apoyar a otros a veces sobrepasa mi capacidad real de respuesta.

Lo que me ha ayudado es comenzar a usar una app de gestión de proyectos en mi teléfono y computadora. Me da una visión clara y rápida de todo lo que tengo en marcha, con códigos de colores por prioridad. Así puedo responder con más seguridad si algo es viable o no, sin culpa ni miedo a quedar mal. He aprendido que ser honesta con mis tiempos también es una forma de cuidar al equipo.

¡Copiado!
Ejemplo de una debilidad: Dificultad para decir “no”

Siempre di por hecho que hacer varias tareas a la vez era algo positivo. Pero un día me pregunté si en verdad estaba siendo más productiva… y la verdad es que no lo sentía así. Decidí investigar sobre el tema y probar otras formas de trabajar.

Descubrí que enfocarme en una sola tarea a la vez (single-tasking) fue un cambio liberador. Mi productividad y creatividad mejoraron muchísimo. Mis tres aprendizajes más importantes: me estreso mucho menos, me enfoco en lo que debo hacer, no solo en lo que podría hacer, y mis resultados son mucho más consistentes.

¡Copiado!

Puntos clave

¿Ya ves cómo compartir tus debilidades en una entrevista junto con tus objetivos de mejora personal puede darte una ventaja frente a otros postulantes? Recuerda:

  • Las debilidades que señales deben adaptarse a la vacante y al contexto de contratación. Solo asegúrate de que no afecten tu capacidad para cumplir con tareas esenciales o prioritarias del puesto.
  • Presenta tus debilidades en un marco positivo y proactivo, como áreas en evolución, destacando las acciones que estás tomando para corregirlas y los resultados que has logrado hasta ahora.
  • Apoya cada debilidad con ejemplos específicos que demuestren iniciativa y aprendizaje.
  • Prepara una lista de 3 a 5 debilidades distintas antes de una entrevista. Tenerla te permitirá responder con confianza y coherencia según el momento.

¡Esperamos que esta guía te ayude a responder esta pregunta con total seguridad! Y, para que  tu currículum esté perfecto, prepáralo desde antes con nuestro  generador de currículums.

Seguir leyendo
Carta de presentación20 minuto(s) de lectura
Cómo terminar una carta de presentación (ejemplos del mejor párrafo de cierre)
Cómo terminar una carta de presentación (ejemplos del mejor párrafo de cierre)
Carrera profesional12 minuto(s) de lectura
Los mejores ejemplos de personalidad para tu currículum
Los mejores ejemplos de personalidad para tu currículum
Ayuda para currículum21 minuto(s) de lectura
Cómo escribir una declaración personal en el currículum
Cómo escribir una declaración personal en el currículum
Carrera profesional18 minuto(s) de lectura
Las mejores ciudades para graduados en México
Las mejores ciudades mexicanas para graduados en busca de empleo
Explorar todos